Recomendaciones básicas para la práctica correcta y segura de yoga:
Primero de todo, siempre que inicies una sesión de yoga, debes tener en mente que es para ti, para tu crecimiento personal, por lo que cualquier postura que realices debe ser sentida por todo tu ser, concentrándote en casa músculo, en cada respiración y en cada sensación.
Cualquier movimiento debe ser suave, adecuado para tu
cuerpo, cómodo y agradable, si en algún momento deja de serlo deberás salir de
la postura lentamente hasta la posición inicial, sin forzar en ningún momento
tu cuerpo, ya que, aunque no es habitual, podrías lesionarte haciendo una mala
práctica de yoga, respirando inadecuadamente o realizando movimientos bruscos,
ya sea al salir o entrar de la postura. Escucha a tu cuerpo, siente lo que te
pide en todo momento y no tendrás riesgo de sufrir daño alguno, si hoy no puedes
llegar hasta donde la postura final exige, mañana podrás probar otra vez, veras
como cada día alcanzas un movimiento más grácil y bonito, a la par que unas
posturas más firmes.
Es muy frecuente que durante algunos movimientos o
mantenimiento de posturas nos tiembles los músculos, se nos caigan los brazos o
perdamos el equilibrio, esto es debido principalmente a dos razones: falta de
concentración y falta de fortaleza. Si falta la primera es muy probable que
durante una inversión o postura de equilibrio te desestabilices, por lo que es
necesario en todo momento estés completamente enfocado en tu sesión, si sientes
que tu concentración disminuye con la sesión, es mejor hacerla más corta o
volver a una postura cómoda, retomar el control y volver a intentarlo. La
segunda es cuestión de práctica, sé consciente que la mayoría de nosotros no
ejercitamos todos los músculos de los que disponemos, o no al menos de todas
las formas que pueden ser ejercitados, por tanto, cuando estires o tenses algún
músculo o grupo muscular que no está acostumbrado a ello, tenderá, en un
período corto de Tiempo, a temblar, al igual que tu respiración se acelerará,
generarás más calor y sudarás. Quizá puedas pensar, por estas dos últimas, que
eso es hacer un buen ejercicio físico, (siempre se nos ha dicho que si sudas
quemas más grasas), sin embargo, en este momento estarías faltando a la regla
de la comodidad y escucha activa a tu propio cuerpo, además de aumentar el
riesgo de lesión, por lo que, si sientes que esto sucede, sin importar cuánto
lleves haciendo esa postura, sal lentamente y relájate, al igual que antes,
mañana podrás llegar más lejos.
Asegúrate de estar en un lugar con espacio suficiente para
la práctica, donde no seas distraído por nada ni nadie, sin aparatos electrónicos
a tu alrededor que puedan distraer tu atención (excepto si decides hacer la
práctica con música, en cuyo caso lo mejor es tener guardada la lista de
reproducción en un dispositivo carente de conexión a internet). Muchas veces es
complicado, por ejemplo, con niños en casa, que no te distraigan, si esto es
así, puedes probar a unirlos a tu sesión, verás que generalmente se sienten
atraídos por los movimientos que realizas y te imitarán, es una buena solución
el hacerles partícipes, además verás una oportunidad para explicar lo que
haces, haciendo que la sesión sea más entretenida y afiances aún más tus
conocimientos. Si los niños son muy inquietos, otra buena opción es realizar la
práctica antes de que ellos se levanten, o si son muy pequeños, tenerlos cerca
para poder cubrir sus necesidades en caso de que os reclamen.
Es importante que te sientas cómoda, es decir, que la sala
esté bien ventilada, con una temperatura agradable, ropa cómoda y holgada y, si
fuera posible, tener un espejo cerca para poder ver tus posturas y corregirlas
si fuera necesario. También puedes grabarte en vídeo y luego verlo o
enviármelo.
Es importante crear un hábito, la mejor forma de lograrlo es
realizando, siempre que sea posible, la práctica a la misma hora, en el mismo
lugar y con la misma esterilla. Tu esterilla es tu compañera en todo momento,
mantenla recogida y limpia, (lo ideal es limpiarla con un paño húmedo tras cada
sesión) y no la prestes; allá donde realizas tu práctica generas una energía,
esa energía se mantiene por un Tiempo y es sólo tuya, te facilitará la
generación del hábito y te ayudará a concentrarte más rápidamente y entrar en
un estado bienestar cada día con mayor facilidad. Si viajas, llévala contigo y
lo verás por ti misma.
Es muy importante que mantengas una respiración consciente en todo momento (si te ayuda, la respiración ujjayi es muy buena durante las sesiones) e intentes acompasar tus movimientos con ella. Generalmente, cuando alejas las extremidades del cuerpo o estiras la espalda, debes inspirar, y, al contrario, al acercar las extremidades o contraer la espalda, espirar.
El ritmo ideal sería:
comienzo a inspirar > comienzo el movimiento > termino el movimiento > termino la inspiración
comienzo a espirar > comienzo el movimiento > termino el movimiento > termino la espiración
Podemos dividir casi todas las posturas en tres partes,
entrada, mantenimiento y salida, y todas ellas son igual de importantes. Te
recomiendo, al probar una postura nueva, practicar la entrada y salida de la
misma para que, en caso de necesitar dejarla precozmente, no hagas movimientos
bruscos, sobre todo en las que puedan comprometer la espalda.
Normalmente, las sesiones acaban con sabasana, esta postura,
aunque muy fácil a nivel físico, es bastante complicada de realizar
correctamente, ya que debes ser consciente de la total relajación de todos y
cada uno de tus músculos.
Al acabar la sesión, sal de sabasana tumbándote primero de
costado y luego sentándote en una postura cómoda, manteniendo los ojos cerrados
en todo momento.
El mejor momento para la práctica diaria es por la mañana,
después la higiene matinal y antes del desayuno, no obstante, si careces del
Tiempo o energía necesaria a esa hora, te recomiendo no hacerla a una hora muy
tardía o, en caso de ser tarde, realizar una sesión muy suave para no alterar
la mente y dificultar el sueño.
Evita realizar tu práctica al menos dos horas después de una
comida principal o media hora si sólo has tomado algo ligero (esta es una de
las razones por las que la mañana es el mejor momento).
Puedes prender algún incienso, aceite esencial o vela
aromática durante tus sesiones, al igual que reproducir algo de música cómoda,
recuerda que mantener los sentidos cómodos hacen que la mente esté cómoda.
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